El diseño del parque se centra en las canchas de tenis como elementos principales, rodeadas por una franja de césped natural que suaviza la transición entre las canchas y las zonas verdes circundantes. Las canchas, construidas con arcilla roja, contrastan con el verde de la vegetación, creando una imagen visualmente impactante. Las gradas y senderos, realizados en piedra natural y madera, complementan la estética rojiza y se integran de manera fluida en el entorno natural, asegurando una conexión visual y espacial entre los distintos elementos del parque.

El uso de materiales terracota, como la arcilla roja en las canchas, y los tonos rojizos en las gradas y senderos, establece un vínculo con el entorno natural y la identidad local. La piedra natural y la madera se emplean para las gradas y los senderos, aportando calidez y un contraste orgánico con la vegetación circundante. Estos materiales no solo cumplen con la funcionalidad del diseño, sino que también enriquecen la atmósfera del parque, haciéndolo un lugar único tanto de día como de noche, gracias a la cuidadosa planificación de la iluminación.